Ayer por la noche al dormirme soñé que tenía el sol
entre mis manos.
Me asombré, ya que éste no me quemaba...
Al despertarme pensé "vaya, no lo tengo sobre las manos,
pero lo llevo en el corazón."
Quizás eso es lo que más fuerza me da para continuar con mi vida sin preocuparme de qué pasará mañana, porque ese sol no se va a apagar, es un sol que nunca muere...

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